Desde hace un tiempo me vengo fijando en artículos de cosmética natural y, sobre todo, de la nueva tendencia que empieza a tener gran desarrollo en la blogsfera acerca de ir quitando productos químicos de nuestro día a día. Ello parece que contribuye a la reducción de contaminantes, a que se agreda nuestro cuerpo en menor medida y, también, a que gastemos menos (todo lo que sea gastar menos me gusta especialmente…).
Foto Carlos Lorite
La primera vez que leí sobre la vida sin champú fue en el blog dumboshop. En principio me pareció una auténtica chifladura y una curiosa manera de complicarse la vida: ¡con lo fácil que es echarte el champú y lo bien que huele!. Vamos, que no me convenció. Un tiempo después Deborah volvía a escribir sobre ello en su blog, nos contaba cómo le iba su cruzada contra el champú y me empezó a gustar ya un poco más el asunto: había depurado la técnica y había incorporado el vinagre, que en mi familia siempre había sido muy utilizado más allá de la ensaladera. Recuerdo aquel chorrín que cuando era niña mi madre ponía en el último aclarado, cosa que yo odiaba pero que ella aseguraba iba a hacer que el pelo brillase muchísimo y que, además, en las épocas escolares de piojos era también un buen remedio… Años después sería nuestro perro el que pasó a ser sufridor del remedio casero, pero era evidente que le venía fenomenal para los sarpullidos y que tenía el pelo más brillante de todo el parque. Hace poco leí en otro blog, acapulco70, sobre este asunto y por fin me animé a hacer el gran experimento: lavar el pelo primero con el acondicionador y luego con el champú, vamos, a invertir el orden natural de la ortodoxia de la psicoestética…. Para mí, que no soy nada aventurera, ya era bastante. Temía tener que levantarme al día siguiente a las 5:50 para volver a lavarme el pelo, pero no hizo falta, quedó muy bien. El caso es que, como explica la chica del blog, entre las siliconas que contienen los acondicionadores para proteger el cabello hay dos tipos: no solubles y solubles. Si tu acondicionador lleva las primeras, entonces debes utilizar champú para eliminar los restos que deja. Si por el contrario, contiene las solubles bastaría con aclararlo con agua y el pelo ya quedaría limpio.
foto Carlos Lorite
Como os decía arriba, al principio no me hacía gracia este tema pero como hacía tiempo que no estaba a gusto con mi pelo, me corté la melena puesto que la veía sin gracia y me sentía un tanto esclava de ella. Ahora, he descubierto la esclavitud del pelo corto… ¡muuuucho peor!, os lo aseguro. Por ello, a partir de ahora, cuando me aburra de algo, voy a hacer cambios que no conlleven tijeras, como no usar champú, volver al vinagre... ¡¡a lo loco!!
Pues yo odio el champú desde hace mucho. La primera vez que usas uno te queda bien el pelo, pero después parece que se te ensucia, se apelmaza, no se, ya no me gusta. Probé lo del bicarbonato y si que limpia, bien a la vista pero el tacto era un poco estropajoso. Entonces usaba el vinagre como acondicionador pero me quede embarazada y el olor de vinagre por la mañana... imposible!!
ResponderEliminarAhora en casa utilizamos Sanex Zero para cuerpo y pelo, muy cómodo usar solo un producto, el pelo queda súper limpio como a mi me gusta y ademas es biodegradable y tiene envase recargable mas ecológico.
Eso si, para melena o pelo teñido hay que usar acondicionador al menos de vez en cuando o queda muy seco.
Por cierto estas muy guapa de pelo corto :)
(Soy Helena, firmo anónimo porque no estoy registrada)
Hola Helena!! pues me parece muy buena idea lo del sanex zero, yo para los viajes y el gimnasio suelo usar un champú-gel del mercadona que sólo venden en formato viaje y resulta muy cómodo. También voy probar a utilizar el jabón chimbo de toda la vida puesto que siempre se habla tan bien de él... supongo que resecará el pelo, pero lo mismo , un poco de acondicionador y pista.
ResponderEliminarGracias por comentar
Te rapaste !!??
ResponderEliminarJa,ja,ja, no Jon, pero a este paso no lo descarto!
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